CALIFICACIÓN: 4/5
Autor: Juan
Carlos Méndez Guédez.
Nº de páginas: 188 págs.
Encuadernación: Tapa blanda.
Lengua: Castellano.
ISBN: 9788489618282.
“...Somos sensaciones, carencias,
pero nuestra mirada es una manera de ubicación, avidez. Nunca un código...”
Eleazar
SINÓPSIS: «Por
cada trescientos cuatro mil carros que se estrellan en las carreteras apenas se
cae un avión. Por cada seiscientos veinte mil autobuses que se voltean en las
carreteras apenas se cae un avión. Por cada dos millones de motocicletas que se
trituran, se deslizan, se desarman, se golpean, por cada dos millones de ellas
que explotan, tan sólo se cae un avión». Así comienza la aventura de Eleazar,
periodista venezolano que para encontrarse parte a Canarias en busca del amor
frustrado de su adolescencia.
Un delirante viaje, un carnaval
desbordado, dos mujeres y una pasión amorosa son los elementos que configuran
esta obra, en la que el humor y la ternura desnudan la fragilidad oculta de la
condición masculina y conforman un texto pleno de situaciones hilarantes y de
nostalgia.
OPINIÓN: Debo
admitir que no soy una gran fan de la literatura venezolana. Sin embargo,
nunca me he mostrado reacia a explorarla. Así fue como llegó este
libro a mis manos...sin quererlo pero jamás rechazando alguna recomendación, se sitúo entre mis manos gracias a la
gentileza de un amigo que ofreció prestármelo
y debo decir que he quedado sorprendida de que me haya gustado tanto,
fiel prueba de esto es que me lo devoré en apenas 4 días.
El Libro de Esther
es de esas novelas dramáticas que, gracias a la pluma de Méndez Guédez,
nos deleita con una prosa ligera,
abundante de frases buenas y con palabras entendibles para todos.
Su forma
de monólogo nos lleva a caminar como Eleazar,
su protagonista, con quien resulta difícil fraternizar a
primera vista debido al constante examen introspectivo al que se
somete. No obstante, el autor lo construye de manera encomiable puesto que
presenta en él la experiencia del
auto descubrimiento y logra llenar de emociones al lector en este viaje.
En cuanto a los personajes secundarios, es oportuno resaltar que poseen una participación ideal en los
momentos en que se mencionan en la historia. Las distintas realidades están tejidas
plausiblemente y no se pierde coherencia en ningún momento.
Refiriéndonos a la narración, nuevamente, es necesario elogiar como se alternan los tiempos y la frescura que le
aporta esto sumado a los localismos/escenarios
venezolanos. Verdaderamente, ambos puntos le dan un toque muy
especial a este libro.
El
final, pese a que lo tuve que releer varias veces
para entenderlo completamente pienso que es
diferente e intenso...un poco carente de detalles pero como se resuelve el argumento es bastante interesante.
En conclusión,
este libro es una buena opción para incursionar en la literatura
venezolana...ojalá de chiquita me hubiesen animado a leer a este autor,
porque tal vez, si eso hubiese ocurrido, tendría más ánimo para
explorar escritores nativos de mi país. Recomiendo leerlo si buscan una
novela rápida , de descripción abundante y con un tema muy bien
desarrollado y entendible para cualquiera.
Y para terminar esta reseña les
dejo una frase que leí por ahí y siento que viene como anillo al dedo para los tiempos actuales: "Hay talento, lo que
falta es apoyarlo".
Su
escritora,
Niki
Frases y/o momentos inolvidables:
(PUEDE CONTENER SPOILER)
Ø “…Buscar a alguien en una ciudad que ha hecho de la
desmemoria su principal atributo es una ardua tarea...”
Ø “…el amor es una larga secuencia sin tiempo, casi sin nombres.
Un espacio que se transfigura …”
Ø “…Es ella quien eleva las palabras, las lanza al aire
vegetal de los mediodías y me atenaza con el fragor de sus pausas. Allí ocurren
esas novelas. En ese silencio Allí se despliegan como un eco, como una ola que
al golpear la orilla se multiplica en cientos y cientos de burbujas...”
Ø “…Supe que un buen silencio en ocasiones salvaría el mundo.
Un respetuoso silencio. Solo estar, permanecer en los inmediatos territorios
del otro...”
Ø “…Pensé en hablar pero supe que nada es más exacto
frente a la belleza que el silencio …”
Ø “…La olí mucho, sabiendo que sería la última vez y que
en la terquedad de mi olfato estaría la única posibilidad de retener para
siempre esos olores, más reales que ella misma, más reales que nosotros…”
Ø “…Las personas no nos sabemos personas mientras no nos
contempla. Somos la exactitud de un cuerpo incompleto: brazos, piernas, tronco
(sólo en el espejo o en las fotos tenemos rostros). Somos sensaciones,
carencias, pero nuestra mirada es una manera de ubicación, avidez. Nunca un
código...”
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